Nací muy cerca del mar, en una casa llena de cariño y respeto en la que Anuska me puso de nombre Jane de la Lavandeira de Bergondo, ella fue la primera persona en conocerme, a mi y a mis tres hermanas, y veló por nuestro desarrollo con gran delicadeza. Mis primeros días los pasé entre sábanas, mantitas, pañales y calorcito, y poco a poco empecé a conocer el gran mundo que me esperaba. Sonidos suaves, poquito a poco más fuertes hacían que me fuese acostumbrando a lo que iba a venir, un mundo lleno de estímulos en el que me movería como pez en el agua.
Mi mamá Lola (así la llaman en casa, su nombre es Dora de la Lavandeira de Bergondo) ya tuvo una bonita historia como terapeuta familiar durante un tiempo, luego en Bergondo siguió siendo una perra juguetona y feliz, a la vez que disciplinada y hermosa. Así que la eligieron para participar en la película El Desconocido en la que actuó junto a grandes actores nacionales.
Mi papá un hermoso labrador negro, Icon Style Kawasaki, si, si… él es negro y yo así… dorada como la arena. En eso me parezco a mamá.
Ahora empezará mi nueva historia como coeducadora canina. Formando parte del equipo Nenea, medrar creando. Por eso tantos desvelos, tantos cuidados hasta ahora, porque soy una perra especial, nacida en un lugar especial y tratada con esmero ya que me buscaron para una función muy delicada. Trabajar con los más pequeños.
Por ello el equipo Nenea agradece su esfuerzo y dedicación a Anuska, el corazón del núcleo familiar en el que nace nuestra peque Duna, la Lavandeira de Bergondo. Decimos núcleo familiar, porque es mucho más que un criadero, es un lugar en el que se respira cariño y respeto, cuidado y dedicación, calor humano y profesionalidad. En el que se preocupan especialmente del bienestar de su familia peluda, de cuidar que su carácter sea especial, que se críen siguiendo las pautas más estrictas de estimulación progresiva y cuidados físicos. Por todo ello tenemos a esta joyita con nosotras.